LA RAMBLA


En la Rambla el corazón de Barcelona late con intensidad. Es el lugar donde todo barcelonés se encuentra en su sitio. Ir a la Ramlba es un título de barcelonidad. Decimos: "Ningú és bon barceloní, si no va a la rambla, de nit o pel matí". Todos conocemos la Rambla. De su historia que fue una riera, que por un lado se levantó una muralla en el siglo XIII en la que se abrían cinco puertas que pronto pasarían de exteriores a interiores y que delante la muralla llegaron a erigirse hasta siete edificios religiosos, entonces la rambla fraileaba. De sus edificios sabemos que allí se sitúan el Centro de Arte Santa Mònica, el Teatro Principal, la plaza Real, el Liceu, la Casa Bruno Quadros, el edificio inteligente, la Boqueria, la Virreina, la Iglesia de Belén, el Palau Moja, la Reial Acadèmia de la Ciències i les Arts y la fuente de Canaletas. De sus nombres que son muchos, los oficiales y populares nos fascinan la Rambla de santa Mònica, la del mig o dels Caputxins, la de Sant Josep o de les Flors, la dels estudis o dels Ocells i la de Canaletas. Todos sabemos que en la rambla siempre hay que abrir más los ojos porque pasan muchas cosas, buenas y malas, momentáneas y permanentes, espectaculares y monótonas. Para concer mejor la Rambla  no sólo los ojos sinó tambien las orejas hay que tener abiertas, sobre todo si quieres pasearla y escuchar las historias que esconde la más pisada via de Barcelona.

Desde lo alto de Colón, la Rambla de los militares, la rambla de los bancos, la rambla de la diversión (de cine, putas, actores, toreros, Buffalo Bill, un sultán y los turistas), la rambla modernista y la modernísima, la rambla de los palacios (el de los sentidos, el de la nobleza, el del saber y el del fútbol). Beber agua de Canaletas para enamorarse de la ciudad.



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